Llega con una semana de antelación en España que en Estados Unidos
la tercera y posiblemente última entrega del Hombre de Hierro como
protagonista único, después de protagonizar la estupenda “Los
vengadores”. En esta ocasión, el director de las dos anteriores
Jon Favreau sólo interviene como actor y deja la dirección en las
buenas manos de Shane Black, que realizó la estimable “Kiss kiss,
bang bang”. Si no estamos ante una más peli de superhéroes al uso
es por tres razones: la primera: además de las excelentes escenas de
acción, se intenta dar sentido a los personajes y su guión está
por encima de lo acostumbrado en este género. La segunda: cuenta con
un atractivo y solvente reparto de actores, ya que Robert Downey Jr.
demuestra de nuevo su buen hacer en la franquicia, dando muestras de
su ironía y humor, enfrentándose a un villano de altura, el
Mandarín interpretado por Ben Kinsgley, y el siempre efectivo Guy
Pearce. Y la tercera es que, a pesar de sus más de dos horas de
metraje y de que el ritmo sea algo irregular, consigue ser muy
entretenida y superior a la segunda parte. Es cierto que para algunos
no llegue al nivel de “Los vengadores” pero gustará mucho a los
seguidores de este género y esperemos que alcance buenas cifras en
taquilla, que falta hace en nuestros cines; desde luego tiene los
ingredientes necesarios para triunfar.
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