Tomás Gutiérrez Alea, que dirigió títulos como “Memorias del subdesarrollo” y “La última cena”, y Juan Carlos Tabio (“Lista de espera”) dirigieron en 1993 este largometraje y poco después repitieron tándem en “Guantanamera”. En el que nos ocupa, David es un comunista convencido que estudia sociología en la Universidad de La Habana. Diego es un artista homosexual acosado por la homofobia del régimen castrista. A pesar de las abismales diferencias que los separan, entre ellos surge una profunda amistad. Esta coproducción cubana es un notable y honesto drama sobre la amistad entre dos personas aparentemente con poco en común como un comunista y un homosexual en el contexto del año 1970 bajo la represión castrista. Bajo un tono distendido, la película habla de la homofobia, hace una oda a la amistad y logra ser emotiva sin caer en sentimentalismos excesivos. Además, cuenta con estupendas interpretaciones de Jorge Perugorría como Diego y Vladimir Cruz como David, acompañados de la actriz Mirta Ibarra. El film tuvo un fructífero recorrido internacional: ganó el premio a mejor largometraje en el festival de La Habana, obtuvo el premio especial del jurado en el festival de Sundance y de Berlín, Perugorría recibió el Hugo de plata a mejor actor en el festival de Chicago, el film ganó el Goya a mejor película extranjera de habla hispana y logró la candidatura al Oscar a mejor película de habla no inglesa. En definitiva, este es uno de los títulos cubanos más relevantes y se ha reestrenado en salas españolas.
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