Después de “Cry macho” el veterano cineasta Clint Eastwood a los 94 años ha estrenado el que puede ser el último largometraje que ha dirigido. Justin Kemp, un hombre de familia, mientras forma parte de un jurado en un juicio por asesinato de alto perfil, se encuentra luchando con un serio dilema moral... uno que podría utilizar para influir en el veredicto del jurado y potencialmente condenar (o liberar) al asesino acusado. Las película estadounidense es un notable thriller dramático procedimental que se desarrolla sobre todo en la sala del tribunal que reflexiona sobre conceptos como la justicia, la moral y la culpa. El director condena a los sistemas que damos por sentados, el suspense se cuece a fuego lento, la narración es nítida, la realización elegante y el ritmo pausado. Además, la cinta está bien interpretada por el elenco de intérpretes formado por Nicholas Hoult, una destacada Toni Colette (actriz poco reconocida) (ambos se han reencontrado 22 años después de “Un niño grande”), J.K. Simmons, Kiefer Sutherland, Chris Messina, Zoey Deutch y Leslie Bibb, entre otros. Si esta es la última propuesta de Eastwood es una más que digna despedida a su extensa y fructífera trayectoria y estaría bien que estuviera en la temporada de premios en algún apartado como mejor actriz de reparto para Colette.
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