Una semana después de “Blanco” se ha reestrenado en salas la tercera entrega de la trilogía “Tres colores” del coguionista y director Krzysztof Kieslowski. Valentina, una joven estudiante que se gana la vida como modelo, salva la vida de un perro atropellado por un coche. La búsqueda de su dueño la conduce a un juez jubilado que tiene una extraña obsesión: escuchar las conversaciones telefónicas de sus vecinos. Si antes el espionaje telefónico formaba parte de su trabajo, ahora se ha convertido en un vicio. A Valentina le desagrada la conducta del hombre, pero no puede evitar ir a verlo. Esta coproducción francesa es un bello drama en que el rojo simboliza la fraternidad como solidaridad. La película habla de aspectos como el desengaño, el azar, la soledad, el remordimiento y el juego del destino y presenta una relación intergeneracional entre dos personajes en momentos diferentes de sus respectivas vidas, bien interpretados por Irene Jacob y Jean-Louis Trintignant. Además, cabe señalar la fotografía y la música. El film de 1994 pone un broche de oro a la trilogía siendo el más redondo junto con “Azul”y fue reconocido en su año: estuvo en la sección oficial del festival de Cannes, fue elegido como uno de los mejores extranjeros del año por el National Board of Review, ganó el Independent Spirit award a mejor película extranjera así como por el círculo de críticos de Nueva York, la asociación de críticos de Los Angeles y de Chicago, obtuvo cuatro nominaciones a los BAFTA a mejor película en habla no inglesa, dirección, actriz y guion adaptado, fue nominado al sindicato de productores a mejor película, obtuvo tres nominaciones a los Oscar a mejor dirección, guion original y fotografía y ganó el premio César a mejor banda sonora original de siete nominaciones incluyendo mejor película, dirección, actriz, actor, guion y sonido.
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