Tras “El bus de la vida” Ibon Cormenzana ha coescrito y dirigido este largometraje estrenado en salas. A punto de cumplir diez años, Sofía pierde a su padre en un accidente que lo cambia todo. Ahora vive sola con su madre, Juana, enfrentándose a una realidad que nunca imaginaron: la fina línea que separa la estabilidad de la pobreza se desmorona bajo sus pies. Juana lucha desesperadamente por proteger a Sofía de la precariedad y de la depresión que la acecha, esforzándose por mantener una apariencia de normalidad. Mientras tanto, Sofía encuentra un refugio en su pasión por el teatro, donde la magia de los ensayos para la obra de fin de curso parece ofrecerle una salida momentánea de su realidad. La película española es un duro drama con componente social realizado en doce planos secuencia en meses consecutivos que transcurren en el interior de la casa donde observamos momentos en la vida de esta familia marcada por una tragedia. Cabe señalar una puesta en escena sobria y destacan las actuaciones creíbles de las actrices Sofía Otero (quizás la mejor actriz española de su edad con trece años) y Manuela Vellés (también coguionista que ya trabajó con el director anteriormente) como madre e hija, además de contar con Roberto Álamo, Elena Irureta y Ramón Barea. El film estuvo en el pasado BCN film fest y es estimable aunque pueda parecer pequeño y discreto.
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