Se ha estrenado en salas españolas el último largometraje coescrito y dirigido por Gracia Querejeta cuyo anterior filme fue el notable “Invisibles” (2020). Pablo decide bajarse del tren en la estación de un pueblo de mala muerte, comprarse un viejo y destartalado piso frente a las vías y comenzar a vivir como si no fuera el reconocido arquitecto que en realidad es. Tal vez esté huyendo de alguien, o de algo, o incluso de sí mismo. En el pueblo todo parece estancado menos Raluca, una mujer optimista abierta a las sorpresas que pueden cambiarte la vida para bien. Ella decidió confiar en su suerte, aunque la vida no siempre le presente su mejor cara. Esta adaptación de la novela homónima de Rosa Montero es un drama psicológico con aires de thriller que plantea dilemas éticos y morales, habla de la importancia de la responsabilidad paternal y tiene una trama policial más bien corriente. La película tiene un tono contenido, un ritmo pausado, resulta sensible sin ser redonda y evita caer en el tremendismo o el sentimentalismo. Además, está bien interpretada por Hugo Silva, Megan Montaner (ambos estuvieron juntos en “Dioses y perros” (2015) y Miguel Rellán y el reparto cuenta con Eva Ugarte, Ismael Martínez, Francisca Horcajo (“Miocardio”), Álvaro Rico (serie “El jardinero”) y Josean Bengoetxea. El film se presentó en la sección oficial del pasado festival de Málaga y no es de los mejores de su directora (parece que los mejores títulos de su trayectoria ya quedaron atrás) si bien es apreciable.
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