El director de "Monsters" y la quizás un poco incomprendida "Godzilla", Gareth Edwards ha sido el encargado de uno de los filmes más esperados del final de 2016, que está ambientado entre los episodios III y IV de la saga "Star Wars". El Imperio Galáctico ha terminado de construir el arma más poderosa de todas, la Estrella de la muerte, pero un grupo de rebeldes decide realizar una misión de alto riesgo: robar los planos de dicha estación antes de que sea operativa, mientras se enfrentan también al poderoso Lord Sith conocido como Darth Vader, discípulo del despiadado Emperador Palpatine. Producida por Walt Disney Company y LucasFilm, la película amplia el universo de la saga galáctica, ofrece aventura y escenas de acción habituales en este tipo de productos pero el director asume riesgos y da un enfoque nuevo al universo espacial. El reparto de actores, diferente al de los otros episodios, cuenta como Felicity Jones como nueva heroina de acción (como era el personaje de Daisy Riley), acompañada por el mexicano Diego Luna (con el que no hay mucha química), Ben Mendelsohn, Madds Mikkelsen, Forest Whitaker y Riz Ahmed, entre otros. Esta es una entrega enérgica, enfática y entretenida que funciona muy buen como puente entre la trilogía un poco polémica y la icónica y uno de los mejores filmes de "Star Wars", por lo que la nueva entrega del episodio VIII no va a tener fácil superar a esta y al episodio VII. Puede gustar mucho a los fans de la saga y vale la pena verla sin el prejuicio de que no parece formar parte de los episodios llamados "oficiales".
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