viernes, 27 de enero de 2017

Solo el fin del mundo * * *



La primera película que vi de Xavier Dolan fue "Lawrence anyways" a propósito de su distribución en España y me gustó mucho el estilo magnético del joven director. Después, un verano vi sus dos primeras películas "Yo maté a mi madre" y "Los amores imaginarios", que corroboraron mi interés por como un director a seguir. Posteriormente vi "Mommy", un paso adelante y exitoso en la trayectoria del director, un filme que volvería a ver con agrado. Desde hace unas semanas se puede ver en salas su última película estrenada "Juste la fin du monde", una adaptación de una obra de teatro de Jean-Luc Lagarce. No es la primera vez que Dolan adapta un texto, ya lo hizo con la interesante "Tom à la ferme" y el material de Lagarce era adecuado para que lo realizara el director, ya que trata sobre las relaciones familiares, un tema recurrente en su filmografía, pero no fue hasta que la actriz Anne Dorval le descubrió la obra de Lagarce que empezó el proyecto.
Tras doce años de ausencia, un joven escritor regresa a su pueblo natal para anunciar a su familia que pronto morirá. Entonces se reencuentra con su entorno familiar, una reunión en la que las muestras de cariño son sempiternas discusiones, y la manifestación de rencores que no queremos dejar salir, aunque delaten nuestros temores y nuestra soledad. Desde el principio de la película sabemos el motivo de la vuelta de Louis y tras el primer contacto con la familia, vemos cómo el joven tiene conversaciones con cada uno de los miembrosen distintos espacios. La hermana pequeña Suzanne (estupenda Léa Seydoux) le idolatra pero apenas le conoce. La esposa del hermano mayor es una mujer sumisa y parece que se entiende con pocas palabras con Louis porque los dos han venido de fuera y deben de lidiar con la singular familia. Marion Cotillard está magnífica en su fragilidad. Por su parte, Nathalie Baye interpreta a la madre, en un tipo de papel histriónico que hubiera hecho Anne Dorval como en otros de sus filmes. En esta ocasión la relación madre e hijo no es el eje central pero sí es importante. El hermano mayor (Vincent Cassel) es un personaje bruto y desagradable pero en el fondo tiene miedo y quiere a su hermano, que ha conseguido el éxito. Muchos críticos quizás solamente se han quedado con las discusiones entre unos personajes viscerales que gritan pero debajo estas son reacciones ante el temor y un intento vano de llenar el vacío creado por la ausencia del hijo. No sabemos exactamente qué ocurrió, un flashback nos hace saber que Louis es gay y que se relacionó con un chico en la casa familiar. El autor Lagarce escribió la obra a principios de los noventa en el contexto de enfermos de SIDA pero a Dolan no le interesa tratar el tema de esta enfermedad en estos tiempos, trasmite la claustrofobia y el agobio de ese ambiente familiar acompañada de una fuerte calor, vemos cómo Louis es un personaje sensible que no encaja con su familia, interpretado con acierto por Gaspard Ulliel, actor idóneo para la instrospección de alguien que habla poco, escucha y tiene recuerdos del pasado en su regreso. Durante el metraje uno espera que el secreto que guarda salga a la luz y que suceda en el almuerzo. La película se ve con interés, tiene escenas notables como la conversación entre la madre y el hijo o la tensión en el coche entre el hermano mayor y el menor.
En esta coproducción franco-canadiense, el director cuenta por primera vez con actores franceses de primer nivel en que Ulliel y Cotillard funcionan como contrapunto a los viscerales de Baye, Cassel y Seydoux. Como la escena con la música de la canción "Pass this on" en "Los amores imaginarios" o "On ne change pas" de Céline Dion en "Mommy", el director recurre a temas en algunos momentos destacados y que demeustran su buen gusto musical: la canción "Are you with me" en la escena entre Louis y Suzanne o el momento de respiro de "Dragostea din tei" que desemboca en un flashback del protagonista. A pesar de que la película no fue bien recibida en Cannes, obtuvo el gran premio del jurado, un reconocimiento quizás excesivo pero que demuestra lo querido que es Dolan en el festival, por lo que más pronto que tarde podría ganar la Palma de oro. El filme ha obtenido nominaciones a los premios del cine canadiense y a los premios César a mejor director, actor, actor de reparto, actriz de reparto y montaje. No es de los mejores del "enfant terrible" pero es una cinta provocadora, atractiva, fiel a la obra en que se basa y al estilo singular del director.


Valoración: 6


Lo mejor: el reparto de actores, sobre todo Marion Cotillard, Gaspard Ulliel y Léa Seydoux y los flashbacks.
Lo peor: que muchos no vean más allá de la histeria y que puede decepcionar a los que tengan altas expectativas del director.


Tal vez al final hay una cierta sensación de desagrado por no cumplir una expectativa del argumento pero también es cierto que dadas las circunstancias era como tenía que acabar, además con una metáfora de un pajarito que se cuela en la casa. Siempre puede quedar la esperanza de que Suzanne visitará a su hermano pronto.



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