Tras “Queer” el prolífico Luca Guadagnino ha dirigido este largometraje estrenado en cines. Una prestigiosa profesora universitaria atraviesa una crisis personal y profesional cuando una brillante estudiante, acusa a uno de sus colegas, de una conducta inapropiada. El caso desata una cadena de tensión emocional y un oscuro secreto del pasado de la profesora amenaza con salir a la luz en el momento más inesperado. Esta coproducción estadounidense es un interesante drama con tintes de thriller sobre la cultura de la cancelación que plantea al espectador si la denuncia ocurre no porque ese acto haya causado un agravio en la denunciante, sino en si en realidad lo que la mueve es una necesidad de atención y de retribución a través de lo sucedido. El guion toma decisiones intrigantes, aunque las situaciones son un poco caricaturescas. La película está bien realizada, cabe señalar la fotografía y la música, así como los títulos de crédito que remiten al cine de Woody Allen. Los personajes son grises y destacan las actuaciones de Julia Roberts en un tono áspero, Ayo Edebiri aporta frescura y Andrew Garfield como un ambiguo monstruo de la función, además de contar con Michael Stuhlbarg y Chloe Sevigny. El filme se presentó fuera de concurso en la pasada mostra de Venecia y da de qué hablar al espectador.

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