martes, 28 de octubre de 2025

Los domingos * * * *


La familia biológica o la elegida

  Después de la miniserie “Querer” Alauda Ruiz de Azúa ha escrito y dirigido este largometraje que se estrenó en cines a finales de octubre. Ainara, una joven idealista y brillante de diecisiete años, ha de decidir qué carrera universitaria estudiará. O, al menos, eso espera su familia que haga. Sin embargo, la joven manifiesta que se siente cada vez más cerca de Dios y que se plantea abrazar la vida de monja de clausura. La noticia pilla por sorpresa a toda la familia provocando un abismo y una prueba de fuego para todos.

Esta coproducción española es un notable drama familiar sobre cómo afecta a cada miembro la elección individual de uno de ellos. La directora observa a los personajes sin juzgarlos ni imponer su pensamiento sobre la religión pero creo que ofrece una mirada menos objetiva, algo lícito al tratarse de una ficción en que es valiente posicionarse en un bando o en otro. Parece que el guion intenta lograr la equidistancia entre los personajes creyentes y los que no lo son pero al final acaba dejando en mal lugar a los no creyentes. Además, el guion no me resulta convincente en algunos aspectos, ya que no muestra (aunque se supone por el contexto) el origen de la fe religiosa de Ainara, un personaje que resulta opaco sobre cómo es su carácter. A esto hay que sumar que a mi modo de ver la cuestión de la llamada de Dios está tratada superficialmente como si fuese algo que aparece de repente, visto desde fuera obviamente. La dirección es tranquila, sin estridencias; sin embargo, la puesta en escena es más bien impersonal tal vez deliberadamente en consonancia con ese intento de equidistancia y la propuesta resulta menos incómoda de lo que parecía en un principio, ya que en su objetivo de encontrar el equilibrio entre la fe y la razón, quiere llegar al gran público y puede generar consenso de cara a ser reconocida en la temporada de premios.

Tengo que decir que a priori no me interesaba mucho el tema de la religión para ir al cine a ver esta película pero me ha hecho reflexionar sobre la dicotomía entre el amor terrenal por una persona que es probable que sea menos duradero, mientras que el amor divino parece más perdurable. También en el ámbito de la familia, plantea la diferencia entre los miembros de una familia que nos vienen dados y con la que nos podemos reunir sin tener mucho en común, y la familia elegida o la propia que una persona construye. También la propuesta me da que pensar en cierta envidia sobre las personas llenas de la fe en Dios aunque los religiosos tienen una vida de sacrificio y renuncia al placer individual.

Cabe destacar las interpretaciones de la debutante Blanca Soroa como Ainara y de Patricia López Arnáiz como la tía Maite en uno de sus mejores personajes con carácter. El reparto incluye a Miguel Garcés como el padre de Ainara, Juan Minujín como la pareja de Maite que da cierto toque de humor, Mabel Rivera  como la abuela de la familia y Nagore Aranburu como la sutil madre superiora del convento.

El filme se alzó con la Concha de oro a mejor largometraje en el pasado festival de San Sebastián y es uno de los favoritos en las categorías principales de la próxima temporada de premios nacionales. Así pues, tras haber visto los principales títulos como “Sorda”, “Sirat”, “Romería”, “Maspalomas” y “Los domingos” mi preferida sería “Sirat” para ser premiada porque me parece una propuesta más contundente e impactante a nivel formal. Me hubiera gustado valorar mejor la cinta que nos ocupa pero tampoco es muy emotiva sino más reflexiva.

Valoración: 6’5

Lo mejor: las interpretaciones de B. Soroa y P. López Arnaiz y las reflexiones que deja la película.

Lo peor: algunos aspectos del guion poco convincentes.

 


Considero que en el desenlace de la película deja en mal lugar a los personajes no creyentes porque la tía Maite queda como una rencorosa hacia su hermano y elige quedarse con su propia familia que son su pareja y su hijo, mientras que el padre de Ainara, que quizás no ha sabido ejercer mejor su responsabilidad, ya le va bien que su hija ingrese en un convento y así tener un problema menos. Por su parte, después de un grave malentendido que no aclara con su familia ya que no estaba practicando sexo con un chico en casa, Ainara decide hacerse monja de clausura eligiendo su propio camino y también su propia familia con sus nuevas hermanas. Sin embargo, el guion tampoco ahonda en la herida que le dejó la pérdida de su madre ya que era la mayor de las tres y la que más conciencia tuvo cuando murió. Creo que este factor de la ausencia de la madre fue un factor importante para que ella buscara el consuelo y la protección de Dios en el convento.

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