La semana pasada hubo varios estrenos en la cartelera española. Uno de ellos es el dirigido por Peter Cattaneo tras dirigir la serie “Magpie murders” y cuyo anterior largometraje fue “¡Que suene la música!”. Cuenta la historia real de un profesor inglés desilusionado que acepta trabajar en una escuela en la Argentina de 1976, esperando un camino fácil. En su lugar, descubre una nación convulsa y dividida, y una clase de jóvenes a los que considera prácticamente imposibles de enseñar. Sin embargo, cuando rescata a un pequeño pingüino de una playa contaminada por petróleo, su vida da un vuelco. El ave se convierte no solo en un valioso amigo, sino también en el maestro de las lecciones más importantes de su vida, la de sus alumnos y la de todos los que tienen la suerte de conocerlo. Esta coproducción británica es una comedia dramática bienintencionada, amable, pero un poco anodina que adapta el libro de memorias de Tom Michel y funciona mejor en la parte cómica que en el drama. El argumento está relacionado con el filme “Mi amigo el pingüino” con Jean Reno que era un poco superior al que nos ocupa aunque reflexiona sobre qué es lo que nos hace humanos y el pingüino, que recibe el apodo de Juan Salvador Gaviota, es un símbolo de libertad y superación. Esta feel-good movie está bien interpretada por los actores Steve Coogan y Jonathan Pryce.

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