Doble cuerpo para un solo yo
Después de su estupenda ópera prima “Revenge”, un “rape and revenge”, Coralie Fargeat ha ido un paso más en el cine de género en su segundo largometraje estrenado en salas. Elisabeth Sparkle, una actriz que fue una de las más famosas, en su edad madura, es despedida repentinamente de su programa televisivo de ejercicios por Harvey, el desagradable director del estudio. Entonces se siente atraída por la oportunidad que le ofrece un misterioso medicamento nuevo: La Sustancia, un producto revolucionario basado en la división celular, que crea un alter ego más joven, más bello, más perfecto. Lo único que necesita es una inyección y, así, ella renace, temporalmente, como una hermosa chica de veintitantos años.
Esta coproducción británica es un thriller psicológico que tiene un planteamiento original, hace una crítica al edadismo que hay en el ámbito televisivo pero que puede extrapolarse a la sociedad en general donde impera el control masculino y la mirada machista sobre el físico de las mujeres. La directora realiza un brutal “body horror”, consigue que al espectador le incomode ver los esculpidos cuerpos femeninos desnudos que a medida que avanza el metraje derivan en lo grotesco. La película no tiene muchos diálogos, subraya mucho sus ideas, cuenta mucho mediante las imágenes y la puesta en escena sabe moverse por los espacios en que se mueven los personajes, de manera que da la sensación que Elisabeth siente lo mismo caminando por el pasillo de su casa que por la calle. Tengo que decir que los personajes principales no están muy desarrollados y los minutos finales pecan de exceso como colofón a un guion nada sutil en que lleva al extremo su planteamiento. Hay referencia al cine de David Cronenberg y en concreto el film “El hombre elefante” de David Lynch. Es un acierto el casting, siendo significativa la elección de Demi Moore (muy popular en los años noventa aunque no fue una gran intérprete) como una actriz en declive como reflejo de su propia carrera y que aquí hace su mejor actuación. La versión más joven de su personaje está encarnada por Margaret Qualley en plena entrega física y en un papel secundario a Dennis Quaid como Harvey (en alusión a Weinstein) como el jefe del estudio de TV.
El film fue una de las sensaciones del pasado festival de Cannes donde obtuvo el premio a mejor guion, recibió el premio del público en la sección Locura de medianoche en el festival de Toronto y estuvo en la sección Perlas del festival de San Sebastián. Así pues, esta es una propuesta desmedida que gustará a los amantes del cine de género más salvaje y puede convertirse en un título de culto.
Valoración: 7’5
Lo mejor: la película trasciende el cine de género y el cuidado apartado visual.
Lo peor: el clímax final se alarga unos minutos.
No sabemos mucho sobre el personaje de Elisabeth y aunque la cinta es muy explícita en materia de cuerpos, sangre y fluidos, me parece importante la escena en que la protagonista se dispone a tener una cita con un antiguo compañero de instituto. Sin embargo, se mira varias veces en el espejo y su inseguridad le impide salir y se quita el maquillaje porque lo que ve bajo esas capas no la satisface.
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