Cabe señalar este título coescrito y dirigido por Guillermo Galoe que debutó con “Frágil equilibrio”. Toni, un chico gitano de quince años, vive en el asentamiento irregular más grande de Europa, a las afueras de Madrid. Orgulloso de pertenecer a una familia de chatarreros, sigue a su abuelo a todas partes. Pero los derribos se acercan a su parcela y su abuelo se niega a marcharse, sea cual sea el sacrificio. En oscuras noches sin electricidad, mientras las leyendas de su infancia cobran vida, Toni debe elegir: enfrentarse a un futuro incierto o aferrarse a un mundo que se desvanece. Después del premiado cortometraje “Aunque es de noche”, el director ha vuelto a la Cañada Real en la zona oriental de la Comunidad de Madrid con este sensible y honesto drama social que desdibuja los límites entre ficción y realidad. Esta es una propuesta de denuncia que no da sermones, resulta muy realista aunque tiene toques poéticos y amplía los límites del cine social. Además, cuenta una historia de iniciación y de cambios, el director observa, respeta y no juzga a los personajes y está interpretada por actores no profesionales que son habitantes de esa zona, entre los que sobresale el chaval Antonio Fernández Gabarre. También hay que señalar la destacada fotografía y el montaje pausado. Esta coproducción española sería un western elegíaco que ganó el premio SACD a mejor guion en la Semana de la Crítica del pasado festival de Cannes y se vio en la sección Perlas del festival de San Sebastián.
No hay comentarios:
Publicar un comentario