Últimamente, se han estrenado varias adaptaciones de libros de Stephen King como “·La marga marcha” y la que nos ocupa, coescrita y dirigida por Edgar Wright cuyo anterior largometraje fue el notable “última noche en el Soho”. En una sociedad de un futuro cercano, The Running Man es el programa de mayor audiencia de la televisión: una competición mortal en la que los concursantes, conocidos como Runners, deben sobrevivir treinta días mientras son perseguidos por asesinos profesionales. Cada movimiento es retransmitido a un público sediento de sangre y cada día que pasa, la recompensa en metálico es mayor. Desesperado por salvar a su hija enferma, Ben Richards, de clase trabajadora, es convencido por el encantador pero despiadado productor del programa, Dan Killian para que participe en el juego como último recurso. Pero la rebeldía, los instintos y las agallas de Ben lo convierten en un inesperado favorito de los fans y en una amenaza para todo el sistema. A medida que se disparan los índices de audiencia, también lo hace el peligro, y Ben debe burlar no solo a los Cazadores, sino a una nación adicta a verle caer. Se trataría del reboot de la estimable cinta “Perseguido” de Paul Michael Glaser (1987) con Arnold Schwarzenegger, pero más bien sería una nueva versión del material original.
Esta coproducción británica es un efectivo thriller de acción que cuenta la profética historia sobre la violencia como entretenimiento y control y hace una crítica al sistema capitalista, sin dejar de ser un buen blockbuster que desemboca más de un clímax, muestra una grandilocuencia visual, ofrece giros y trampas, una puesta en escena desatada y una buena banda sonora compuesta por Steven Price. Además, el filme tiene un atractivo reparto de actores encabezado por Glenn Powell que cuenta con Josh Brolin, Colman Domingo, William H. Macy, Lee Pace, Michael Cera, Emilia Jones, Jayme Lawson (“Los pecadores”), Sean Hayes, Katy O’Brian y Karl Glusman. Así pues, esta es una propuesta que tiene buen ritmo aunque la duración sobrepasa las dos horas, resulta entretenida y está dirigida al gran público aunque no creo que se convierta en un título de culto.
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