Tras codirigir títulos como “Entre el mar y el cielo” Irene Iborra ha coescrito y elaborado su primer largometraje en solitario. Olivia, su hermano pequeño Tim y su madre Ingrid son expulsados de casa y tienen que empezar de cero en otro barrio. Mientras Ingrid hace malabares para resolver la situación, Olivia se inventa una fantasía protectora para su hermano y para ella: todo lo que viven no es real, están rodando una película. Pero esta invención tendrá consecuencias inesperadas. Afortunadamente, a su alrededor se formará una nueva y pintoresca familia con la que vivirán rocambolescas aventuras. Entre risas, llantos, magia y amistad, descubrirán que son los increíbles héroes cotidianos de sus propias vidas. Esta coproducción española es una estimable cinta de animación siendo la primera directora española en elaborar una de este tipo en stop motion. La película habla de temas como la salud mental, la crisis económica y el desahucio infantil entre la dureza y la calidez, evita el melodrama y hace un canto a la esperanza. La propuesta es cuidada visualmente, está dirigida al público familiar y cuenta con las voces originales de Emma Suárez y Jordi Évole. El filme obtuvo el premio Fundación Gan a la distribución en el pasado festival de Annecy, estuvo en la sección Punto de encuentro de la Seminci de Valladolid, en el apartado Enfants terribles del último certamen de Gijón, logró dos nominaciones a los premios del cine europeo a mejor largometraje y película de animación y sería la favorita para ganar el Goya en su categoría por encima de “Decorado”.
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