El autobús hasta Torre Baró
A principios de enero ha llegado a la plataforma Movistar + este título coescrito y dirigido por Marcel Barrena tras “Mediterráneo” después de su exitoso paso por cines donde aún se puede ver. "El 47" cuenta la historia de un acto de disidencia pacífica y el movimiento vecinal de base que en 1978 transformó Barcelona y cambió la imagen de sus suburbios para siempre. Manolo Vital era un conductor de autobús que se adueñaba del bus de la línea 47 para desmontar una mentira que el Ayuntamiento se empeñaba en repetir: los autobuses no podían subir las cuestas del distrito de Torre Baró. Un acto de rebeldía que demostró ser un catalizador para el cambio, de que las personas se enorgullecen de sus raíces, de una lucha del vecindario, de la clase trabajadora que ayudó a crear la Barcelona moderna de los años setenta.
La filmografía hasta ahora de Marcel Barrena no me había interesado mucho excepto su documental “Món petit (Mundo pequeño”). No me pareció muy buena película “100 metros” y “Mediterráneo” tenía lugares comunes sobre la inmigración. De este tema también se habla en su último largometraje que es su mejor obra de ficción por el momento y me toca especialmente por ser hijo catalán de padres andaluces que emigraron a Cataluña hace décadas. De hecho, el prólogo de “El 47” es muy interesante porque cuenta mucho en poco tiempo.
Basado en hechos reales, este es un amable drama costumbrista de denuncia que cuenta una historia de disidencia pacifista y movimiento vecinal cuyo contexto político en el año 1979 es un poco simple y combina bien la más bien limitada recreación de la época con imágenes de archivo y este es un tipo de producción similar a la reciente “Saben aquell”. Esta propuesta apela a la emoción del espectador desde el principio pero sin resultar manipuladora y de manera más sutil que en anteriores trabajos del director. Como usuario de transporte público y en concreto de autobús desde hace años para ir a la capital más cercana, es casi imposible no sentir empatía por este vecindario que se buscó la vida como pudo en una zona apartada de una gran ciudad como Barcelona (podría ser cualquier otra ciudad importante aunque en este caso es importante que la ambientación es de antes de la celebración de los Juegos Olímpicos del año 1992). Estas personas construyeron sus viviendas con sus manos pero tienen problemas de suministro de luz y agua potable. La película es emotiva sobre todo en su clímax en la parte final pero la historia cuenta mucho más que el hecho específico del secuestro de un autobús que se puede saber antes del visionado. Cabe señalar la fotografía a cargo de Isaac Vila con toques anaranjados, la música compuesta por Arnau Bataller si bien en la parte central la trama parece estancarse un poco en lo que le suceden a los personajes.
Sobre el reparto de actores, sin duda destaca la inmensa actuación de Eduard Fernández como Manolo Vital que hace un homenaje a la figura del charnego (tal vez mejor aquí que en un registro algo más impostado en “Marco”), muy bien acompañado de una eficaz como siempre Clara Segura como Carmen, la esposa de Manolo, y un elenco con la debutante Zoe Bonafonte, un creíble Salva Reina, un acertado Carlos Cuevas como un joven Pascual Maragall, Vicente Romero, Óscar de la Fuente, Betsy Túrnez con acertado acento, Borja Espinosa y la participación de David Verdaguer.
El film ha sido un fenómeno en los cines catalanes: llegó a superar a “Casa en flames” como la más taquillera del año y es curioso que previamente no se presentó en un festival de cine importante. “El 47” ganó dos premios Forqué a mejor película y el premio Cine y Educación en valores, en los Feroz obtuvo pocas nominaciones, no considero que sea de las mejores películas españolas del año, sí muy destacable en el ámbito catalán aunque entiendo que en un año abierto y con propuestas diferentes pueda generar consenso en la temporada de premios: ha logrado el récord de dieciocho nominaciones a los premios Gaudí incluyendo categorías principales, de actuación y técnicas (si bien hay algún apartado como secundario para D. Verdaguer y efectos visuales que no es merecida la nominación) y es favorita a ser la más premiada, así como puede ganar en los Goya (aunque mi preferida sería “La infiltrada”) donde suma catorce nominaciones pero Eduard Fernández no podía optar el mismo año por dos películas diferentes y está nominado por “Marco”.
Valoración: 7
Lo mejor: el prólogo y la asombrosa interpretación de E. Fernández.
Lo peor: en algún momento no entendí la pronunciación vocal de algún personaje.
Personalmente, no me aporta mucho las escenas de la hija de Manolo Vital participando en el coro musical aunque es meritoria la útima escena en que ella es la protagonista (con la bonita canción “El borde del mundo” de Valeria Castro), teniendo en cuenta que por lo que he oído, este es el primer papel en cine de Zoe Bonafonte y la primera secuencia que rodó fue esta. En este tipo de historia basada en hechos reales, aparece el personaje real de Manolo Vital y hay explicaciones que son inevitables y quizás necesarias pero me hubiera gustado alguna escena como epílogo para acabar de redondear la trama.
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