Adaptar en el cine la compleja e
interesante obra maestra del autor ruso Tolstoi no es trabajo fácil,
pero el director de las notables películas de época "Orgullo y
prejuicio" y "Expiación" parecía una buena opción
para dirigirla, después otras veces a lo largo de la historia del
cine, como la protagonizada por Vivian Leigh o Sophie Marceau. En
este caso, el tándem formado por Joe Wright y la actriz Keira
Knightley, con experiencia contrastada al ponerse a la piel de
personajes otros siglos funciona muy bien. Wright realiza una
adaptación arriesgada en su planteamiento teatral, manierista, en
que su estilo queda por encima de los sentimientos de los personajes,
hecho que no favorece a la propuesta. Sí es cierto que los actores
cumplen con nota en sus papeles, sobre todo la protagonista, que
parece haber nacido por este papel, y Jude Law como su marido. Pero
la química de Knightley con el amante interpretado por el camaleónico Aaron
Johnsson no es tan apasionante como la película. Justo es decir, que
la descripción de la clase alta rusa del siglo XIX se puede
trasladar al tiempo actual, donde la sociedad también recurría a
las apariencias. Además, la cuidadíssima puesta en escena, la
ambientación y el vestuario dan un plus al film, a pesar de que ya
hemos dicho que hace que su contenido esté por debajo. Acompañada
por una banda sonora del gran compositor Marianelli, se hace muy
agradable de ver este estreno, apta sobre todo para los degustadores
de films de época y de personajes femeninos característicos.
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