martes, 1 de octubre de 2024

La virgen roja * * *

 


 El proyecto Hildegart

  La directora aragonesa Paula Ortiz con formación en filología ha tenido interés en su filmografía por aspectos literarios como la notable adaptación de “Bodas ded sangre” de F. G. Lorca en “La novia” o en “Teresa” que no fue muy bien recibida el año pasado. Esta vez ha dirigido este largometraje español que se estrenó a finales del pasado septiembre en cines, coproducido por Amazon donde está disponible desde inicio de diciembre. Hildegart es concebida y educada por su madre Aurora para ser la mujer del futuro, convirtiéndose en una de las mentes más brillantes de la España de los años treinta y uno de los referentes europeos sobre sexualidad femenina. A sus dieciocho años, Hildegart comienza a experimentar la libertad y conoce a Abel Velilla, quien le ayuda a explorar un nuevo mundo emocional y a desmarcarse del férreo nido materno. Aurora teme perder el control sobre su hija y hace todo lo posible por impedir que Hildegart se aleje. Las dos mujeres se enfrentarán durante una noche de verano de 1933, poniendo fin al “Proyecto Hildegart”.

P. Ortiz cuenta que este caso le obsesionó durante mucho tiempo y en la nueva ola de feminismo de hoy en día era un proyecto interesante contarlo. Basado en hechos reales, a priori no tenía mucho interés en este título porque ya conocía un poco la historia y está el precedente de “Mi hija Hildegart” de Fernando Fernán Gómez. Mientras que esa cinta hablaba de feminismo a finales de los setenta y con Amparo Soler Leal como protagonista, la película que nos ocupa cuenta una historia materno-filial que pasa del drama de época al suspense psicológico. El guion de Eduard Sola y Clara Roquet presenta una concatenación de los hechos, apunta varios temas de interés en un contexto político y social interesante en la Segunda República aunque sobre todo se centra en la relación entre madre e hija y los pocos personajes que hay en su entorno reducido; sin embargo, creo que no profundiza mucho en las motivaciones del complejo personaje de Aurora y la directora recurre a una voz en off y a imágenes simbólicas de un maniquí resquebrajado para contar lo que no se aprecia en las escenas. Quizás el guion idealiza un poco esa época con unos aires de esperanza que se verán pronto truncados. Es curioso cómo la evolución hacia la tragedia del personaje de Hildegart puede ir en consonancia con el fin de la República. Se nota en algunos momentos la estilizada dirección de Ortiz (sin llegar al esteticismo de “La novia”) con un componente teatral centrado en la vivienda familiar como en anteriores films de la directora pero esta vez la realización es más sobria y consigue ser asfixiante. Cabe decir que es una propuesta en su mayoría de escenas de interiores y parece que no se saca mucho partido de las contadas escenas en exteriores.  No obstante, hay que señalar la lograda ambientación, aspectos como la dirección artística y la fotografía  a cargo de Pedro J. Márquez.

Lo más destacado son las actuaciones femeninas: Najwa Nimri como una madre que es maestra, carcelera y juez de su hija en una de las mejores de su carrera y ya demostró  con la villana de Zulema en la serie “Vis a vis” que se le da bien hacer de mala persona); la joven Alba Plana (cortometraje “16” en su primer papel relevante en el cine como esa hija adolescente que empieza a sentir, desear y amar, y Aixa Villagrán como la sirvienta de ambas, una amable mujer de diferente posición social cuyo personaje aporta una conciencia de clase. Además, el reparto masculino cuenta con Patrick Criado como Abel, personaje que rompe el sistema estable creado por Aurora, Pepe Viyuela y Jorge Usón.

El film se presentó en la sección oficial fuera de concurso del pasado festival de San Sebastián y ha sido reconocido en premios nacionales: nominado al Forqué a mejor interpretación femenina para N. Nimri, obtuvo seis nominaciones a los premios Feroz incluyendo mejor película dramática, dirección y guion; así como nueve nominaciones a los Goya incluyendo mejor dirección, actriz de reparto, la canción “La virgen roja” de María Arnal, vestuario, maquillaje y peluquería, está ausente en actriz principal, fotografía y en largometraje (en este caso, no lo merecía).

Valoración: 6’5

Lo mejor: las interpretaciones de las tres actrices.

Lo peor: el guion no profundiza mucho en el personaje principal.

 


 

La película tiene frases para recordar como “el amor y la revolución son incompatibles” o “tener a Freud en el sexo, a Nietzsche en el pecho y a Marx en la cabeza”.

Esta es una propuesta de conceptos e ideas como el feminismo. Si bien es cierto que Aurora e Hildegart querían la igualdad entre géneros como en materia política, creo que el feminismo de Aurora es mal entendido visto ahora porque desprecia a los hombres y no quiere que su hija se relacione con ellos. Más bien su ideología está más cerca del fascismo y la película da pie a reflexionar sobre los peligros que este conlleva.

Aurora creó a su hija que no tiene padre y desde su lógica, una vez su proyecto ha fracasado debido a las ansias de libertad normales en una adolescente que podía haber tenido la oportunidad de viajar a Londres, decide acabar con ella pero no vemos lo que le sucede a la madre después. Por otra parte, sí me parece interesante la escena en el teatro donde asiste Aurora para ver la actuación de un pianista al que quiso.


 

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