Después de ver el singular debut del
actor Paco León con "Carmina y revienta", que parecía ser
una especie de mezcla de ficción y documental naturalista, ya
sabíamos que esa familia era un matriarcado y que el papel del padre
no era muy importante, por lo que no es descabellada la idea de
partida planteada en esta segunda y conclusiva cinta en que el padre
muere. Así, con un planteamiento que tiene reminiscencias al gran
Rafael Azcona, el guión funciona y cuenta con un buen plantel de
actrices: Carmina Barrios vuelve a demostrar su poder ante la cámara
con naturalidad, María León compone un personaje que ha
evolucionado como hija desde la chica atolondrada del principio de la
primera entrega y Yolanda Ramos hace un papel divertido, espontáneo,
que parece improvisado, ganadora ésta a mejor actriz de reparto y al mejor guión en el último festival de Málaga. Aunque considero que el calificativo de la protagonista como la figura de "El Padrino" en femenino y a la española es excesivo, estamos ante el mejor
estreno español de estas semanas, que muestra que otro tipo de
comedia (negra) española es posible.
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