Se estrena en nuestro país esta
rigurosa película francesa que trata más de la figura compleja de
un ministro que de la política en general, poniendo sobre la mesa
temas como las luchas del poder o la corrupción. Dirigida con mano
firme por Pierre Schöller y muy bien interpretada, sobre todo por el
protagonista Olivier Gourmet y su acompañante Michel Blanc, esta es
una película densa, que no puede ser fácil de ver para el
espectador acostumbrado a films comerciales sin profundidad. Pero
estamos ante una de las propuestas más interesantes de la semana,
avalada por el premio Fipresci en el festival de Cannes y del César
al mejor guión original.
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