Es una pena que en Estados Unidos
el nuevo film de Neil Jordan no haya sido un éxito, ya que el
director vuelve por la puerta grande en el sentido que ha realizado
un notable film enmarcado en el sub-género de vampiros, como ya hizo
en "Entrevista con el vampiro". Lo que en un primer momento
parecía que no iba a ser un estreno destacable, emerge como una
propuesta de imágenes potentes, un buen guión y acertadas
interpretaciones de la joven y eficaz Saoirse Ronan y la potente
Gemma Arterton. Pero si le doy hasta cuatro estrellas, es por dos
motivos: uno, ambientado en un mundo sórdido, habla de la condición
de las mujeres vampiras en relación al sexo opuesto y, el otro,
sobre todo, porque el resultado en este tipo de personajes está por
encima de lo que ofreció la saga juvenil "Crepúsculo",
conviertiéndolo en un film bello, inquietante y uno de los más
atractivos de estas semanas.
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