La
filmografía de Paul Thomas Anderson siempre ha estado compuesta por
películas contundentes. Después de describir el negocio del
petróleo en la América de principios del siglo XX, ahora el
director nos propone una historia ambientada en los años 50 sobre el
origen de una organización parecida a la Cienciologia, de manera
ambigua y sutil pero señalando que sus miembros pertenecen a una
élite social. Esta es una película que hace pensar al espectador,
turbadora, enigmática e hipnótica a la vez. Está vertebrada por
dos pilares formados por el estudio de dos personajes interpretados
magistralmente por Joaquin Phoenix y Phillip Seymour Hoffman, dos
individuos que se necesitan mutuamente y con una relación compleja y
oscura, y muy acompañados por la actriz Amy Adams. Estas excelentes
interpretaciones son la parte más visible del film y han sido
reconocidas con las únicas nominaciones a Oscar que tiene, pero bien
podía haber tenido otras de importantes. No obstante, para los
académicos de la Academia esta es una propuesta demasiado hermética
e insólita cómo para ser más reconocida. Es uno de las dos mejores
estrenos de la semana y un título a recordar a posteriori.
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