Uno de los estrenos más atractivos de
la semana es esta cinta dirigida por el joven William Eubank. Su
inicio no es muy novedoso: un joven, su novia y su mejor amigo viajan
por carretera para encontrarse con un hacker de la informática al
que seguían la pista. Pero desaperecen y cuando el protagonista
(Brendon Thwaites) recobra el conocimiento no puede liberarse y es
interrogado por un doctor. La película es algo difusa en su
recorrido pero aprovecha los recursos limitados de los que dispone
para hacer una propuesta interesante y original que sorprende al
espectador: empieza como una historia más de terror, pasa al
thriller y tiene un desenlace de ciencia-ficción que eleva la altura
del film. Además, cuenta con Laurence Fishburne en el reparto de
actores y en el apartado visual es potente (no en vano ganó el
premio a los mejores efectos especiales en el pasado festival de
Sitges).
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