Con "Puro vicio" Paul Thomas
Anderson completa la trilogía sobre América junto con "Pozos
de ambición" y "The master". Anderson tenía el
difícil reto de trasladar a la pantalla grande un libro del
inclasificable Thomas Pynchon y lo ha superado. El director quería
hacer una película en la que el espectador tuviera la sensación de
ver una obra "emporrada" y lo ha conseguido, si bien esto
hará que el film tenga detractores. Más exacto el título "Inherent
vice", cuenta la historia de un detective que se reencuentra con
su ex amante, que le pide encontrar a su amante desaparecido. Se
trata de una película nostálgica y melancólica que capta el
espíritu de la década de los setenta, está muy bien ambientada y
deliberadamente es confusa narrativamente. También es una comedia
extraña, con toques de cine noir, psicodélica. En el plano actoral,
tras su gran interpretación en "The master", Joaquin
Phoenix vuelve a trabajar a las órdenes de Anderson y crea una gran
composición como el detective privado, pero también están muy bien
Josh Brolin y la revelación Katherine Waterston, además de contar
con intérpretes de la talla de Reese Witherspoon, Benicio del Toro y
Owen Wilson. Justamente nominada al Oscar al mejor guión adaptado y
al mejor vestuario, este film puede que no esté a la altura de sus
dos obras anteriores pero gustará a los seguidores del cineasta y de
propuestas arriesgadas y libres, poco habituales en el cine
norteamericano.
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