Uno de los estrenos más
sorprendentes de estos días es este film francés de Jacques Doillon
realizado hace dos años que bien merecía pasar por nuestra
cartelera. El espectador asiste a una relación sadomasoquista de una
pareja en una casa de campo, tanto el hombre como la mujer sienten la
necesidad de enfrentarse al otro físicamente para luego
reconciliarse. Esta premisa hace pensar en que cada pareja tiene sus
reglas y códigos para entenderse. El director se arriesga y sale
airoso con una película de aspecto teatral que no deja indiferente
al espectador, al que puede que no le guste lo que ve pero que es un
film diferente y potente.
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