Después
de estrenarse con gran éxito en EE.UU. y de inaugurar acertadamente
el festival de Cannes de este año, se estrena en nuestro país uno
de los platos fuertes de 2013. Se trata de la ambiciosa adaptación
del clásico del escritor Scott Fitzgerald llegada de nuevo a la
pantalla grande después de unas traslaciones irregulares.
En
esta ocasión, el director Baz Luhrmann vuelve a contarnos una
historia de amor imposible envuelta en una ambientación fastuosa,
espectacular, como ya hizo con "Romeo + Julieta" o "Moulin
Rouge!". Algunos críticos han tachado al film de no saber
trasladar el espíritu de la novela al cine, por culpa del derroche
visual propio de su realizador. Sin embargo, considero que si el
responsale del producto es Luhrmann, ya debemos dar por supuesto un
poco con qué nos vamos a encontrar, ya que si hubiera sido otro el
director el film sería diferente. Además, su pomposidad no impide
que haya escenas en que se preocupe más por la intimidad que
necesitan los personajes, como la excelente del reencuentro de la
pareja protagonista (si bien creo que hay el error de que enseguida
vuelve a estar seco e impecable DiCaprio tras mojarse por la lluvia)
o las del narrador escribiendo la historia de la película. Y, sobre
todo, queda algo de la esencia del libro al tratar aspectos
interesantes como son el sueño americano, referencias al contexto
histórico de los felices años 20 que pueden semejarse a los
anteriores a la crisis actual y, en especial, la descripción del
protagonista como alguien esperanzador, optimista e ingenuo, que
hasta el final cree que puede estar junto a su eterna amada y que a
través de negocios oscuros levantó una gran fortuna pensando que
así conquistaría a su amor. Aquí cabe destacar la interpretación
de Leonardo DiCaprio, ideal como Jay Gatsby, siendo su elección para
el papel acertada por ser una estrella de cine. Está bien acompañado
por su amigo en la vida real Tobey Maguire, el narrador y como si
fuera un espectador más de la historia, y por Carey Mulligan como la
chica que consigue despeinar y deslavazar la impoluta apariencia del
misterioso Gatsby.
Así
pues, estamos ante uno de esos peliculones que poco abundan
últimamente en los cines, en que destaca cada apartado (dirección
artística, vestuario, fotografía), aunque con un innecesario uso
del 3D. Es un acierto que a ritmo de hip-hop, Luhrmann haya elaborado
una nieva versión apta para las nuevas generaciones, a las que es
probable que les guste. Esperemos que sea uno de los éxitos de este
año.
No hay comentarios:
Publicar un comentario