Llega a la cartelera uno de los estrenos
más divertidos y sorprendentes de lo que va de año. Se trata de una
comedia negra en forma de road-movie por las Islas Británicas que
hace una pareja de novios. El director Ben Wheatley consigue
impresionar al espectador contando una historia de amor de manera
satírica y gamberra, con dosis de violencia, humor incómodo, y
golpes de efectos hasta la traca final. Por si esto fuera poco, su
apenas hora y media de duración pasa rápido. Galardonada con el
premio a la mejor actriz (Alice Lowe) y al mejor guión en el último
festival de Sitges, puede que no guste a algunos paladares rancios,
pero no hay duda de que es una propuesta creativa y alocada.
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