Las altas expectativas
creadas sobre el renacer del mítico personaje de cómic Superman,
producida por Christopher Nolan y dirigida por Zack Snyder han
resultado satisfactorias a medias. Por un lado, es un espectáculo
visual potente y entretiene, el director trata de manera seria el
hecho de que Clark Kent admita que es un superhéroe (buena elección
la de Henry Cavill), tiene unos secundarios (Costner, R. Crowe")
y un villano de altura, la estrella indie trasladada al blockbuster
Michael Shannon. Pero por el otro, esa misma seriedad y esperada
profundidad que no llega resulta sobrecargada, la estupenda actriz
Amy Adams queda desaprovechada como Lois Lane y el tramo final
repleto de destrucciones hace que parezca sin más otra película en
su género. En estos tiempos que corren, se agradece contar con esta
nueva versión del personaje y es mejor que el último intento
"Superman returns", pero dentro de este tipo de films, este
año ha sido más atractiva la tercera entrega de "Iron Man".
Esperamos que en las próximas entregas se acerque más a lo que a
priori parecía: en una línea similar a la de "El caballero
oscuro".
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