La filmografía de Danny Boyle se
ha caracterizado por ofrecer propuestas arriesgadas, aunque para
algunos su cine es manipulador. En este caso, vuelve a sorprendernos
con este thrilller psicológico hipnótico, que consigue entretener
al espectador con sus giros, pero que al hacerle pasar por diferentes
estados de creer o dudar, parece que la película no va a ninguna
parte. Sin embargo, gana enteros gracias al atractivo trío de
actores formado por James McAvoy, en un papel diferente al que nos
tiene acostumbrado; en cambio, Vincent Cassel demuestra de nuevo lo
bien que le sienta ser el jefe de los atracadores y, en especial,
Rosario Dawson sorprende aportando matices a su personaje de
psico-terapeuta y femme fatale, dando Boyle el protagonismo a una
mujer, algo poco habitual en su cine. Consecuente con el estilo de su
director, el film no deja poso después de su visionado, pero es apta
para los que quieran pasar un buen rato.
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