Se reestrena esta semana en los cines
el clásico italiano de Giuseppe Tornatore, todo un homenaje al
séptimo arte que ganó el Oscar, el Globo de oro, el Bafta y el
premio especial del jurado en Cannes, aunque no el David de
Donattello. Cuenta la historia de un niño que cree que el cine es
magia y un operador le enseña lo que hay detrás de su visionado.
Cuando ya es mayor, debe volver al lugar donde creció. Es cierto que
el film adolece de cierta autocomplacencia hacia el espectador y que
su aspecto algo viejo puede echar para atrás a algunos, pero es una
emotiva cinta, que cuenta con buenas interpretaciones y una excelente
música de Ennio Morriconne. Para los que aún no la hayan visto,
jóvenes o no tanto, será muy agradable verla.
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