Resulta curioso este estreno,
un remake canadiense de un pequeño éxito francés de hace una
década con el mismo título. Don McKellar dirige una cinta estimable
que cuenta la historia de amistad que surge entre un hombre que elige
a un joven para que les ayude a que una empresa construya una fábrica
en su pueblo. Además, los habitantes intentan caerle bien para que
se quede para siempre. Es una comedia tradicional, con algún momento
divertido, buen humor, bellos paisajes y cierto encanto a pesar de
que no es una gran película para elevar a los altares. Además,
cuenta con unas buenas interpretaciones de Brendan Gleeson
("Escondidos en brujas", "El irlandés") y de
Taylor Kitsch, que hace pocos años parecía una simple cara
atractiva en "Salvajes" de Oliver Stone pero que ha
acertado últimamente como en la miniserie "A normal heart".
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