jueves, 14 de junio de 2018

El hombre que mató a Don Quijote * * *


Después de dirigir "Teorema cero", Terry Gilliam por fin ha podido finalizar este proyecto tras muchos años, la adaptación cinematográfica de la inmortal obra de Miguel de Cervantes, que pasó por vicisitudes pero se pudo ver fuera de concurso en el pasado festival de Cannes y muy pocas semanas después se ha estrenado en cines. Toby, un director de anuncios muy cínico se ve envuelto en los estrafalarios delirios de un viejo zapatero español que se cree el mismo Don Quijote. A lo largo de sus aventuras cómicas, y cada vez más surrealistas, Toby se ve abocado a enfrentarse con las trágicas repercusiones de la película que rodó cuando era un joven idealista, un film que cambió los sueños y esperanzas de un pequeño pueblo español para siempre. ¿Podrá Toby reparar los daños y recuperar su propia humanidad? ¿Podrá Don Quijote sobrevivir a su propia locura y muerte inminente? Esta coproducción británica es una película irregular, caótica, con escenas pedestres pero con el estilo barroco del director. Hay que destacar la labor en la fotografía de Nicola Pecorini y la buena actuación de un acertado Jonathan Pryce (visto en las tres primeras entregas de "Piratas del Caribe") como el zapatero, acompañado por Adam Driver como un director, además de actores como Olga Kurylenko y Stellan Skarsgard. El film cuenta con parte de producción española con la música del compositor Roque Baños y la participación de actores como Oscar Jaenada, Jordi Mollá, Rossy de Palma y Sergi López. Podemos decir que esta es una adaptación alocada como el mismo Don Quijote, es una propuesta atropellada y extravagante pero, más allá de sus resultados, me alegro de que Gilliam la haya acabado.


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