Este es el
segundo largometraje coescrito y dirigido
por Tristan Roache-Turner, que debutó con “Wyrmwood: la
carretera de los muertos”. Finnegan, la
mejor de los cazadores de demonios conocidos como Nikromantes, fue la primera
en descubrir espíritus malignos dentro de internet y la primera en introducir
su alma en la web para llevar la mítica batalla entre el bien y el mal al reino
digital. Pero algo le ocurrió allí dentro... desarrolló el gusto por las almas
humanas y se pasó al lado oscuro. Unos años después, Howard North, un
desafortunado trabajador del servicio de alcantarillado que fue entregado en
adopción cuando era un bebé, se da cuenta de que es el único con la habilidad
necesaria para detener el plan de una demoníaca corporación para devorar las
almas de un millón de seres humanos. Ahora, con la ayuda de Molly y Torquel,
hermanas y Nikromantes, Howard deberá aprender a aprovechar sus recién
descubiertos poderes, aprender a destruir demonios online, lidiar con el
fantasma de su recientemente fallecido amigo Randi y de alguna manera encontrar
tiempo para salvar el mundo. Esta película australiana combina ciencia-ficción,
terror y humor, tiene como referente el cine de los años ochenta y de serie B y
mezcla elementos como demonios, fantasmas y zombies. El resultado es hilarante,
torpe en el aspecto narrativo, aunque el apartado visual es vistoso y el ritmo
es ágil. Cuenta con los actores Ben O’Toole (“Detroit”) como Howard y Monica Belluci (“En la via
láctea”) como la supervillana. Así pues, esta es una propuesta que no hay que
tomar muy en serio y no es para todos los públicos. El film de 2018 se presentó
en la
sección Midnight madness del festival de Toronto, fuera de concurso en el festival de Sitges y fue nominado a mejor maquillaje y
peluquería en los premios del cine australiano.
No hay comentarios:
Publicar un comentario