A
finales de julio se han estrenado en la cartelera títulos como el documental español
“El último arquero” de Dácil Manrique de Lara.
Tras varios cortometrajes como “Behind” y “Cariño” Ángel Gómez Hernández ha debutado en el largometraje con este proyecto a partir de una idea suya. Sara, Daniel y su hijo de nueve años, llegan a la casa en la que pretenden comenzar una nueva vida, sin saber que esa propiedad ha sido conocida desde siempre en los alrededores como "la casa de las voces". El niño, Eric, es el primero en advertir que tras cada puerta se ocultan extraños sonidos y se intuyen voces que parece que intentan comunicarse con la familia. Lo que achacan en principio a un producto de la imaginación de Eric se convierte rápidamente en una inquietante realidad también para sus padres. Germán y su hija Ruth, expertos en Psicofonias, acudirán en ayuda de un desesperado Daniel en busca de respuestas. Esta es una aceptable cinta de terror española mejor de lo que a priori me esperaba, que tiene como referentes films de los ochenta como “Poltergeist”. La película hace un buen uso de la fotografía a cargo de Pablo Rosso (“REC 4: apocalipsis”) y el diseño de producción aunque el sonido está un poco recargado. Cuenta con un acertado reparto formado por Rodolfo Sancho (“La corona partida”) y Belén Fabra (serie “origin”) como los padres y Ramón Barea (@buelos”) y Ana Fernández (serie “Las chicas del cable”) como padre e hija que pueden recordar a la pareja protagonista de “Expendiente Warren”. Así pues, estamos ante la más lograda propuesta española de género del año, quizás por encima de “Malasaña 32” que se estrenó a inicios de 2020.
Tras varios cortometrajes como “Behind” y “Cariño” Ángel Gómez Hernández ha debutado en el largometraje con este proyecto a partir de una idea suya. Sara, Daniel y su hijo de nueve años, llegan a la casa en la que pretenden comenzar una nueva vida, sin saber que esa propiedad ha sido conocida desde siempre en los alrededores como "la casa de las voces". El niño, Eric, es el primero en advertir que tras cada puerta se ocultan extraños sonidos y se intuyen voces que parece que intentan comunicarse con la familia. Lo que achacan en principio a un producto de la imaginación de Eric se convierte rápidamente en una inquietante realidad también para sus padres. Germán y su hija Ruth, expertos en Psicofonias, acudirán en ayuda de un desesperado Daniel en busca de respuestas. Esta es una aceptable cinta de terror española mejor de lo que a priori me esperaba, que tiene como referentes films de los ochenta como “Poltergeist”. La película hace un buen uso de la fotografía a cargo de Pablo Rosso (“REC 4: apocalipsis”) y el diseño de producción aunque el sonido está un poco recargado. Cuenta con un acertado reparto formado por Rodolfo Sancho (“La corona partida”) y Belén Fabra (serie “origin”) como los padres y Ramón Barea (@buelos”) y Ana Fernández (serie “Las chicas del cable”) como padre e hija que pueden recordar a la pareja protagonista de “Expendiente Warren”. Así pues, estamos ante la más lograda propuesta española de género del año, quizás por encima de “Malasaña 32” que se estrenó a inicios de 2020.
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