viernes, 27 de enero de 2023

Decision to leave * * * * *

 


Dejarse ir por el laberinto de Park Chan-wook

Tras dirigir la miniserie estadounidense “La chica del tambor” y el cortometraje “Life is but a dream” del año pasado, el coguionista y cineasta Park Chan-wook (uno de los mejores directores de Corea del Sur) ha realizado su último largometraje surcoreano años después del excelente “La doncella”. Hae-Joon, un veterano y responsable detective, casado con una mujer, investiga la sospechosa muerte de un hombre en la cima de una montaña. Pronto, comienza a sospechar de Sore, la joven viuda del difunto, mientras la atracción que siente por ella le desestabiliza.

Esta sobresaliente intriga con componente de drama romántico subvierte los códigos del subgénero de cine negro, sobre todo en lo referente a la figura de la femme fatale y va mucho más allá del dilema entre seguir la investigación del caso criminal o dejarse llevar por la pasión hacia una misteriosa mujer. Esta es una película laberíntica, compleja y misteriosa que puede recordar al cine de suspense de A. Hicthcock en que el espectador tiene que estar atento para entenderla bien pero vale la pena y resulta recompensado; nada es lo que parece, la magnífica realización contiene elegancia, ideas visuales y transiciones que la hacen especial aunque si estuviera montada de otra manera, el efecto seguiría siendo positivo. Y es que después del final dan ganas de volver a verla para cerciorarse de los detalles, verla de otra manera y seguro que gana en matices y recovecos en siguientes visionados. El elemento de la niebla es constante y contribuye a la sensación de intriga. Aparte de la gran realización en que el director vuelve a demostrar su maestría en el manejo de la puesta en escena en las localizaciones (como ya vi en la anterior “La doncella”), cabe destacar la labor de montaje y de fotografía, así como las interpretaciones de la pareja protagonista formada por la actriz Tang Wei (vista en “Deseo, peligro” y “Largo viaje hacia la noche”) y el actor Park Hae-Il (“Alta sociedad”). Hay que añadir que el metraje de más de dos horas no se hace pesado en ningún momento.

El film ganó con merecimiento el premio a mejor dirección en el pasado festival de Cannes y el premio a mejor montaje en la Seminci de Valladolid; ha estado presente en la temporada de premios: seleccionado como uno de los mejores títulos extranjeros del año, obtuvo dos premios a mejor película extranjera y fotografía en la asociación de críticos de Chicago y nominado a mejor largometraje, director y montaje, candidato al premio Gotham y Satellite award a mejor film internacional, así como al Globo de oro y Critic choice award a mejor película de habla no inglesa, además, fue nominada a los premios BAFTA a mejor dirección y película extranjera pero se ha quedado fuera de las cinco candidatas al Oscar a mejor largometraje internacional. Aun así, estamos ante uno de los mejores títulos de Park Chan-wook y ya puede figurar en lo mejor que se ha estrenado en este inicio de año.

Valoración: 9

Lo mejor: la virtuosa y meticulosa realización de la película y la actuación magnética de Tang Wei.

Lo peor: si el espectador no está concentrado en el visionado, es fácil que pueda desconectar.

 


Así pues, el personaje de la joven viuda como cuidadora de ancianos no es la típica femme fatale que lleva a la perdición al protagonista responsable; el marido de ella descubrió su idilio con el protagonista, y Seo-rae mató a la madre de otro hombre porque esta se lo pidió y quizás para así poder estar con su amado; por eso al final para protegerle y ayudarle, decide dejarse morir por las olas del mar y el hombre no puede hacer nada para evitarlo. De todas maneras, la película puede estar abierta a interpretaciones y tiene cierto parecido a “Vértigo” de Hitchcock: la relación que se establece entre la pareja principal en las dos partes del largometraje y el beso que se dan en un momento determinado.

 

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