viernes, 20 de enero de 2023

La piedad * * *

 


Una relación materno-filial tóxica

Años después de su interesante ópera prima “Pieles” el actor, guionista y director Eduardo Casanova ha realizado su segundo largometraje que se ha estrenado con pocas copias tras su paso por festivales de cine donde obtuvo el premio especial del jurado en la sección Proxima del de Karlovy Vary y en la sección oficial del de Sitges. El joven Mateo vive con su madre, Libertad, en un mundo color de rosa; un microcosmos que tiene precisamente sólo dos habitantes, madre e hijo el cual no puede salir solo de casa a la calle. Un día a Mateo le diagnostican cáncer… algo que detona la relación de dependencia entre ambos.

A diferencia de su anterior trabajo que funcionaba por episodios, esta coproducción hispano-argentina es un curioso y más maduro drama con toques de humor que se centra en una relación materno-filial tóxica en que se descubre el papel del padre ausente y llega a un nivel de horror cuando la enfermedad de Mateo y los cuidados que recibe se utilizan para perpetuar esa relación malsana. Es verdad que hay algo de egoísmo en el rol de una madre que se ve patente sobre la necesidad de pertenencia  hacia el hijo. Este tipo de vínculo se relaciona con el totalitarismo imperante en Corea del Norte en que hay habitantes que por incomprensible que parezca, prefieren este régimen de control pero en el fondo las dos tramas hablan de la falta de libertad. Esta es una película extrema, provocativa, durante el visionado el espectador no puede dejar de mirar a la pantalla aunque hay algún momento incómodo; me parece bien que el cine sacuda con sus imágenes frente a un tiempo en que todo es tan blanco y políticamente correcto. Además, hay escenas en que uno no sabe si tomárselas muy en serio o no que pueden descolocar al espectador y cabe señalar la música que contribuye a que veamos una especie de ópera bizarra. La producción tiene un aspecto estético vistoso y cuidado en la puesta en escena y la ambientación en que predomina el color rosa (como en “Pieles”) que contrasta con los temas que subyacen en esta obra valiente y hay que poner en valor que ofrece un tipo de cine que no se parece a nada de lo que se hace en España si bien puede haber referencias a P. Almodóvar y a la iconografía cristiana, por ejemplo. Cuenta con un estupendo reparto de actores encabezado por la veterana Ángela Molina (en un papel en principio para Ana Belén) en una de sus actuaciones más destacadas de los últimos años como esa madre pesada y controladora y el joven Manel Llunell (en el cortometraje “Ráfagas de vida salvaje”) como el inocente y débil hijo. Aunque sus personajes puedan ser incómodos, tendrían que haber estado en la temporada de premios española. En personajes secundarios están Ana Polvorosa (habitual del director) como la mujer del padre de Mateo, María León en un papel esperanzador de psicóloga, Antonio Duran Morris como el padre, Macarena Gómez como compañera de baile de Libertad y Daniel Freire como el doctor del hospital.

El film consiguió tres nominaciones a los premios Goya correspondientes a mejor dirección artística, diseño de vestuario y maquillaje y peluquería (donde tiene más opciones de ganar) y fue nominado al premio Feroz Arrebato de ficción. “La piedad” no es una propuesta fácil de recomendar y quizás no es apta para todos los públicos pero recomiendo verla en el cine para ver las reacciones de los espectadores. Por último, tengo que decir que es una lástima que en la ficha de FilmAffinity tenga una puntuación tan baja, es posible que haya gente que valore sin haberla visto y me da la sensación de que mucha gente joven no acepta obras fuera de lo políticamente correcto cuando en la historia del arte en cualquiera de sus obras siempre se ha intentado provocar algo.

Valoración: 6’5

Lo mejor: la pareja protagonista formada por A. Molina y M. Llunell y el envoltorio formal de la película.

Lo peor: verla sin subtítulos en coreano de algunas escenas que resultan poco comprensibles.

 


Me ha hecho cierta gracia el guiño al anterior cortometraje del director “Eat my shit” con Ana Polvorosa cuando Mateo come cereales. En cuanto al argumento, es un horror que Libertad medique de más a su hijo para así tener que cuidarle pero ella también está enferma mentalmente, también se medica y muere. Entonces Mateo no lo tiene fácil para seguir adelante y enfrentarse a la vida en el exterior fuera de la sobreprotección de la casa.

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