viernes, 26 de enero de 2024

La zona de interés * * * *



Fondo negro, blanco, rojo

Cabe destacar este título dirigido por Jonathan Glazer tras cortometrajes como “The fall”, diez años después de su anterior largometraje “Under the skin” que se estrenó hace pocos años en España. En el que nos concierne, que se inspira libremente en la novela de Martin Amis, el comandante de Auschwitz Rudolf Höss y su esposa Hedwig con sus cinco hijos se esfuerzan en construir una vida de ensueño para su familia en una casa con jardín muy cerca del campo de concentración con sirvientes judíos.

Esta coproducción británica hablada en alemán es un notable ejercicio de estilo que reflexiona sobre la banalidad del mal en el contexto del Holocausto en que queda fuera de nuestra visión la violencia y la crueldad  de la Alemania nazi si bien podemos ver humo, siendo una propuesta diferente y radical. Puede recordar al premiado film “El hijo de Saul” (2015) en que tampoco se mostraba el horror del exterminio judío explícitamente pero el enfoque era subjetivo y de una contundencia más física. Reconozco que tras ver “La zona de interés” me dejó desconcertado y un poco frío pero días después da para reflexionar más de lo que parece. La familia que vemos al inicio podría ser cualquier en la actualidad, confronta al espectador en que también miramos hacia otro lado sobre guerras en otros países o la miseria que nos rodea por lo que su mensaje es vigente.

Cabe señalar elementos como la aséptica fotografía de Lukasz Zal con cámaras como si fuesen de vigilancia o de seguridad, la inquietante música compuesta por Mica Levi, el trabajo de sonido en que oímos lo que no vemos como gritos de personas y el diseño de producción en que se construyó la casa cerca de donde hubo un campo de exterminio, así como la pareja principal de actores formada por Christian Friedel y Sandra Hüller (en un papel muy diferente al de “anatomía de una caída”) como el matrimonio en que ella es incluso más odiosa y egoísta que él.

El film obtuvo en el festival de Cannes el gran premio del jurado, en los premios del cine europeo el de mejor sonido de seis nominaciones incluyendo mejor película, dirección, actor, actriz y guion, fue reconocido por la Asociación de Críticos de Los Ángeles como mejor película, dirección, actriz y BSO, obtuvo tres nominaciones a los Globos de Oro, nueve nominaciones a los premios BAFTA y cinco nominaciones incluyendo mejor película, dirección, guion adaptado y sonido en los Oscar, algo de lo que me alegro siendo un tipo de cine que no es el típico oscarizable.

Valoración: 8’5

Lo mejor: el enfoque de una propuesta formal arriesgada y diferente.

Lo peor: al principio puede dejar la sensación de cierta frialdad.

 


La película nos hace reflexionar sobre varios aspectos y está abierta a interpretaciones:

Excepto el personaje de la abuela y los niños, el resto son los malos pero desde fuera, quizás la única manera de soportar vivir muy cerca de un campo de exterminio es mirar para otro lado. A veces no queremos ver lo terrible para protegernos de lo exterior, de ahí que el protagonista cierre todas las puertas de noche, no por falta de seguridad.

Sobre el desenlace, hay un punto de esperanza en que el comandante se asquea de ver divertirse en una fiesta los nazis y por eso le dice por teléfono a su esposa que los gasearía a todos, como si tuviera algo de conciencia sobre el mal. Esto se relaciona con las imágenes contemporáneas de unas limpiadoras de un museo de lo que fue el Holocausto. 

 

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