La
buena sorpresa cinematográfica de este inicio de verano es este
agradable y simpático musical británico basado en una pieza que fue
llevada al teatro. El director Dexter Fletcher combina bien por un
lado, la historia de dos amigos soldados que vuelven de Afganistán y
siguen con sus novias mientras los padres de uno de ellos preparan
las bodas de plata y, por el otro, el ser contada con números
musicales y coreografías del grupo "The proclaimers". Es
cierto que no pasará a ser uno de los mejores en su género si lo
comparamos con otros, pero deja buen sabor al espectador y el elenco
de actores hacen un buen trabajo, en el que encontramos al conocido
Peter Mullan.
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