La
primera película europea y de autor más interesante de esta semana
es este film francés, galardonado como mejor película en el
festival de Tokio, que trata un tema muy en boga en esta época: el
de los bebés intercambiados al nacer, como bien ha tratado por
ejemplo la serie de TV de éxito "Sin identidad". Lorraine
Levy ha armado un drama emotivo gracias a las interpretaciones de los
dos jóvenes protagonistas, uno de los cuales descubre que no es hijo
biológico de sus padres cuando se dispone a prepararse para entrar
al ejército de Israel. Fue cambiado por otro niño, que vive en
Palestina. De esta manera, la película va más allá del simple
drama familiar para hablar del conflicto entre los dos países. Si
bien la realización es algo convencional y un poco melodramática,
habla de temas como la pérdida de la identidad o la reconciliación,
por lo que tiene un mensaje de esperanza.
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