El
estreno más importante del pasado fin de semana es la nueva película
de Jim Jarmusch, que cada vez hace películas más personales, libres
y difíciles, por lo que no es raro que tardara años en poner en
marchar este proyecto. Es una de las obras con personajes de vampiros
más anticonvencionales, que agradará a los que no les gustó la
saga "Crepúsculo" por ser extraña y lejos de los cánones
de Hollywood. No obstante, para otros puede resultar aburrida y
pretenciosa por su realización lenta y los muchos diálogos. A mí
me han gustado esas conversaciones sobre cultura, las localizaciones
en Detroit y Tánger, y la pareja de personajes principales, que ya
lo han vivido todo. En este sentido, que el metraje resulte denso,
está relacionado con la idea de parar el tiempo y la inmortalidad de
los vampiros, muy bien interpretados por Tilda Swinton (camaleónica
como siempre), Tom Hddleston y Mia Wasikowska, y con John Hurt y
Anton Yelchin completando un atractivo reparto. Premio especial del
jurado en el pasado festival de Sitges, se trata de una de las obras
más singulares de estas semanas y una de las mejores de Jarmusch,
junto a "Noche en la Tierra".
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