Esta semana se han estrenado
dos potentes films italianos. Uno de ellos está dirigido por Nanni
Moretti, que vuelve a dirigir tras "Habemus papam". El
dólor por la pérdida de un familiar es uno de los más dolorosos
que puede sufrir el ser humano. Moretti ya habló de la muerte de un
hijo en "La habitación del hijo" de manera seria y trágica
y ahora trata la pérdida de una madre, aunque quizás de manera
menos dolorosa. Marguerita es una directora de cine a punto de
separarse de un actor con el que tiene una hija. El hermano de
Marguerita cuida de la madre de ambos que está gravemente enferma en
un hospital. En su nueva película, Moretti demuestra una madurez en
un film realista, complejo, sutil y contenido que combina momentos
dramáticos y de humor (algo propio del director), con un final que
toca la fibra al espectador. Hace una especia de sátira del mundo
del cine, habla del paso del tiempo, de cómo puede desestabilizar a
los miembros de una familia la muerte de una madre, y más cuando se
trata de la "mama" italiana". Aunque sea el caso de la
figura materna tradicional que se queda al cuidado del hogar y que
sea el padre quien tenga el poder, es la madre la que acostumbra a
enlazar a la familia emocionalmente, por lo que su ausencia se nota
especialmente. El filme está protagonizado por Marguerita Buy, que
vuelve a ofrecernos una gran interpretación (que le valió de nuevo
un premio David di Donatello), acompañada del propio director como
su hermano en la ficción en un papel más secundario, de Giulia
Lazzarini (que también ganó el David di Dionatello) como la madre
enferma y de John Turturro como un actor excéntrico y que es el
contrapunto humorístico al drama.Tal vez la citada "La
habitación del hijo" siga siendo aún la mejor película de
Moretti, pero no hay duda de que esta es una de sus mejores obras y
una de las más interesantes de la cinematografía italiana de 2015.
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