Después de sorprender con la notable "Frantz", una película elegante, contenida y en blanco y negro, François Ozon ha vuelto a su estilo más característico con esta adaptación de la novela de Joyce Carol Oates en que Chloé es una joven frágil que se enamora de su psicoterapeuta, Paul. Unos meses más tarde, cuando se van a vivir juntos, ella descubre que su amante le ha ocultado una parte de su identidad, con la que Chloé se obsesionará. Este es un thriller psicosexual que recuerda a los primeros films de su director como "Amantes criminales", empieza con una imagen para recordar, juega con la clásica figura del doble, tiene como referencia el cine de David Cronenberg o Brian de Palma, giros de guion y una sorpresa final. Si el espectador no se lo toma muy en serio, es una propuesta un poco superficial que puede divertir. Está bien protagnizada por la atractiva pareja protagonista formada por Marine Vatch y Jeremie Renier como los hermanos idénticos físicamente pero de carácter diferente, que ya trabajaron con el director en las anteriores "Joven y bonita" y "Potiche, mujeres al poder", respectivamente, además de contar con la dama veterana Jacqueline Bisset como la madre de Chloe. Presentada en la sección oficial del pasado festival de Cannes, este es un film menor en la filmografía de Ozon pero puede gustar a sus más fieles seguidores.
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