Nunca he sido seguidor de
la saga "Fast & furious", excepto quizás las dos
primeras, me ha parecido una franquicia sobre carreras
automobilísticas algo cansina, monótona, demasiado superficial.
Pero debo reconocer que me ha sorprendido para bien esta séptima. El
cambio de director le ha sentado muy bien: James Wan, responsable de
"Insidious" y "Expediente Warren: the conjuring"
ha armado una película potente, que busca ser grandilocuente aunque
también demasiado pomposa. El film tiene una trama tonta y le sobra
un poco de metraje de las más de dos horas que transcurre pero es
entretenido, tiene ritmo y las muchas escenas de acción son
espectaculares y están bien realizadas. Además, cuenta con un
entregado y atractivo reparto de actores conocidos del cine de acción
y de esta saga como Vin Diesel, el malogrado Paul Walker (que tiene
un homenaje póstumo en la película), Dwayne Johnson, Jason Statham,
Michelle Rodríguez y que incluye a Elsa Pataky, Kurt Russell y
Djimon Hounsou. El espectador que vaya a ver el film sabe que no
tendrá una propuesta profunda y enriquecedora, no engaña a nadie y
incluso da más de lo que promete en su género.
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