martes, 12 de abril de 2016

Efraín * * *

 Es una buena noticia que llegue a las carteleras esta producción procedente de Etiopía, uno de esos países africanos de los que apenas llegan títulos, aparte de presentarse en festivales. De hecho, este filme estuvo en la sección oficial "Un certain regard" del festival de Cannes del año pasado. El debut en el largometraje de Yared Zeleke cuenta la historia del chico etíope que da título a la película, cuya vida da un vuelco cuando su padre se marcha a trabajar a una ciudad y se traslada a vivir con su abuela y sus tíos. El chico intenta adaptarse a su nueva situación, cocina empanadillas y trabaja en el campo, con la única compañía de un corderito como si fuera un perro como amigo. Pero un día su tío le anuncia que tiene que sacrificar al animal para la próxima comida festiva. El drama está bien manufacturado y hace un buen retrato de un pobre país en que desgraciadamente su población pasa hambre. Si bien le falta ser más auténtico y puede parecer un poco de postal, el filme está dirigido para que el público occidental tome conciencia en el aspecto social, aunque su intención se note. Gustará a los que quieran ver aceptables propuestas enmarcadas en países subdesarrollados. 


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