Jason Moore, responsable de "Dando la
nota", dirige esta comedia que cuenta la historia de dos
hermanas diferentes una de la otra que deciden pasar un último fin
de semana en la casa de la infancia, antes de que sus padres la
pongan a la venta. En un principio pensaba que esta película sería
una de esas malas comedias norteamericanas pero no es así. En esta
historia sobre dos hermanas que han estado alejadas durante un tiempo
y que se reúnen con motivo de la casa familiar, deciden hacer allí
una fiesta de despedida con los ex compañeros de clase que sirve
como último desmadre para unas mujeres con crisis de los cuarenta
que afloran problemas de la adolescencia. La película sirve como
nostalgia de aquellos momentos de fiesta de la juventud, sobre todo
para los que no hayan podido vivirlas y también, sobre todo, para
que las dos actrices protagonistas Tina Fey y Amy Poelher desplieguen
su registro cómico y su complicidad (son amigas en la vida real).
Fey interpreta a una descocada madre de una adolescente que es más
centrada que la mujer y Poelher a una enfermera que ayuda a todos.
Están acompañadas por Maya Rudolph (habitual en este tipo de cintas
como en "La boda de mi mejor amiga", John Leguizamo y
Dianne Wiest. Cabe decir que el filme tiene momentos graciosos y
gags gamberros que no lo son tanto. Quizás aquellos que esperen que
se líe muy gorda quedaran un poco insatisfechos pero este producto
tiene momentos inspirados y resulta divertida.
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