jueves, 15 de marzo de 2018

Bajo la piel de lobo * * *


Uno de los estrenos españoles potentes de esta semana es el debut en el largometraje de Samu Fuentes, que cuenta la historia de Martinón, un trampero solitario, el último habitante de un remoto pueblo en las montañas. Su único contacto con otros seres humanos se produce en primavera, cuando desciende al valle para comerciar con las pieles de los animales que atrapa. Sin embargo, con la llegada de una mujer a su vida, empezará a experimentar nuevos sentimientos. Este singular encuentro le obligará a elegir entre descubrir su vulnerabilidad o abandonarse a su lado más salvaje. Este es un aceptable drama en un ambiente rural, un interesante tipo de cine alejado de los patrones comerciales en que el director intenta expresar más en el plano visual que por medio de diálogos. También, el film tiene una buena música de Paloma Peñarrubia y una destacada fotografía de Aitor Mantxola de lugares y paisajes. No obstante, al director le falta capacidad dramática para emocionar al espectador a pesar de contar con un atractivo reparto de actores. Mario Casas hace un esforzado papel físico por el que engordó quince kilos, alejado del típico galán, si bien es habitual que trabaje desde lo físico. A su lado está una eficaz Irene Escolar, Ruth Díaz y Josean Bengoetxea. Presentado en los pasados festivales de Sevilla y Gijón, esta propuesta puede agradar a los que les gustó títulos como "Entrelobos" o ambientados en lo rural.


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