El otro estreno francés de la cartelera española viene de la mano de Bruno Dumont. Parece que la miniserie "El pequeño Quinquin" ha marcado un punto y aparte en su trayectoria, pues ha realizado propuestas más ligeras y de humor como "La alta sociedad" y la que nos ocupa. En la Francia de 1425, en medio de la Guerra de los Cien Años, Jeannette, con sólo ocho años, cuida sus ovejas en el pequeño pueblo de Domremy. Un día, le dice a su amiga Hauviette que no puede aguantar más el sufrimiento que causan los ingleses. Madame Gervaise, una monja, intenta razonar con la niña, pero Jeannette está lista para tomar las armas y lograr la salvación del imperio francés. Guiada por su fe, se convertirá en Juana de Arco. Este es un musical único, irreverente, fresco pero también austero y que no deja de ser religioso sobre la infancia del personaje de Juana de Arco, por lo que el film consigue aportar una visión nueva de una figura bastante tratada en el cine. Esta es una película un poco desconcertante, de aquellas que el espectador puede amar u odiar (un servidor se decanta por lo primero) y es bella en el apartado visual. Cuenta con un reparto de actores en general desconocido encabezado por la jovencita Aline Charles. La cinta se presentó el año pasado en la Quincena de realizadores del festival de Cannes, en la sección oficial en el festival de Gijón y bien podría haber obtenido alguna nominación en los premios César, aunque quizás no sea una propuesta que cree consenso. Esta es una de las películas más atractivas de Dumont, anteriormente conocido por su cine de autor serio y severo y es una atrevida opción para ver en estas fechas señaladas religiosas.
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