Con su cortometraje "Antes que perderlo todo", el director Xavier Legrand fue candidato al Oscar. Años después ha dirigido su primer largometraje en que Myriam y Antoine Besson se han divorciado, y ella solicita la custodia exclusiva de su hijo Julien para protegerlo de un padre al que acusa de violento. Antoine defiende su caso como un padre despreciado, y la juez del caso sentencia a favor de la custodia compartida. Rehén del creciente conflicto entre sus padres, el joven Julien se ve empujado al límite. Lo que empieza siendo un drama familiar y judicial sobre malos tratos se lleva al suspense, la tensión e incluso se acerca al terror. Es admirable la lucidez y la sutilidad que consigue en su ópera prima el director, sin renunciar a la frontalidad de la dura realidad que describe. El film está muy bien interpretado por Léa Drucker y Denis Menochet como los padres enfrentados y Thomas Gioria como el sufrido hijo. El largometraje recibió los premios a mejor director y ópera prima en la Mostra de Venecia y el premio del público a mejor film europeo en el festival de San Sebastián, y es raro que no fuese reconocido en los premios César. Esta es una película que transmite autenticidad e impacta en el espectador, de los mejores títulos franceses del año pasado y habrá que seguir de cerca a Legrand.
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