Después de los notables “Guadalquivir” y “Cantábrico”, Joaquín Gutiérrez Acha ha dirigido este proyecto que completa la trilogía, una coproducción española y portuguesa rodada durante dos años que nos traslada a la gran desconocida de la Península Ibérica, la Dehesa. Un bosque único en el mundo donde descubriremos sensaciones muy diversas. Encinas, alcornoques y quejigos dan lugar a un campo de batalla donde se retan los grandes herbívoros, donde cazan los elegantes y sigilosos linces ibéricos y las formidables águilas, donde las flores esconden depredadores con camuflajes sorprendentes. Pero también puede ser un lugar amable que recibe cada año a miles de viajeros de larga distancia, que tienen en estos parajes sus cuarteles de invierno. Buscan un clima más cálido y el alimento más preciado, el oro de la Dehesa, las bellotas. La moneda de cambio que estos árboles utilizan con los animales para preservar su existencia. El director ya habló del lince ibérico en un documental hace años y ahora ha estrenado este largometraje de no ficción que está muy bien realizado, tiene imágenes bellas y espectaculares aunque la voz en off es mejorable. Este es un trabajo que resulta entretenido e instructivo, por lo que sería recomendable verlo en los colegios. Esta propuesta gustará sobre todo a los amantes de este tipo de films de naturaleza.
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