Amor y opresión en la cárcel
Se ha estrenado en salas españolas el tercer trabajo coescrito y dirigido por Sebastian Meise. Cuenta la historia real de Hans en tres momentos (1945, 1957 y 1969) de su vida. En la cárcel conoce a Viktor, un asesino convicto, otro recluso con el que comienza a mantener una extraña relación: un amor carcelario, propiciado por las entradas y salidas de prisión de Hans a causa de la represión a la que fueron sometidas las personas homosexuales en la Alemania democrática de posguerra que fueron encarceladas por mantener relaciones sexuales según el artículo 175.
Esta coproducción austriaca es un duro drama realizado sin complacencia, su estructura contiene flashbacks al pasado y vuelta al presente, cuenta una historia de amistad y de amor que resulta incómoda por su tratamiento y no porque sea entre dos hombres, trata la represión sometida a los gays y habla de los efectos del encarcelamiento que tiene consecuencia en el final. Tiene resonancia en el presente porque todavía hoy en día existe homofobia al colectivo. La película está protagonizada por un magnífico Frank Rogowski como Hans, Georg Friedrich (“Wilde Maus”) como Viktor y Anton von Lucke como Oskar. Además, cabe destacar la fotografía oscura de la obra.
El film obtuvo el premio del jurado en la sección Un certain regard del festival de Cannes del año pasado, ganó el Corazón de Sarajevo a mejor largometraje en el festival bosnio y el Giraldillo de oro y el premio a mejor actor para Rogowski en el festival de cine europeo de Sevilla, fue premiado en los premios del cine europeo a mejor fotografía y música y nominada a mejor actor y el premio european university film y fue uno de los quince títulos seleccionados en la categoría de mejor película internacional en los Oscar.
Valoración: 8
Lo mejor: la creíble y contenida interpretación de Frank Rogowski.
Lo peor: etiquetarlo como un film gay más y que sólo encuentre público LGTBI.
Había visto imágenes de la película antes de verla y pensaba que la historia de amor era entre Hans y Oskar pero no es así y me ha sorprendido.
Cuando se deroga el artículo 175, Hans sale de prisión, va a un local gay donde los homosexuales pueden tener relaciones sexuales libremente pero paradójicamente Hans se marcha de allí. La gran libertad del título no llega a materializarzse. Quizás se ha dado cuenta que ama de verdad a Viktor y rompe un escaparate de una joyería y espera a la policía para volver a la cárcel y estar con él.
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